viernes, 29 de agosto de 2014

Cada instante sin tu piel se transforma en agonía. El hambre por tus manos me nubla la razón y sólo quiero estrellar mi ansiedad con la tuya. No existe paz para este deseo que sólo sabe tu nombre, no hay consuelo para tanta sed.
Puedo esperarte, paciente, sentada al filo de mis placeres, puedo fingir serenidad. Puedo ensayar mil mentiras, bailar al ritmo de cualquier excusa. Puedo entregar mi cabeza, redoblar la apuesta y saltar sin red. Puedo venderle estampitas al diablo de ser necesario, pero no me pidas que te deje ir.
No me faltes, no te alejes un segundo de mi piel. No me dejes en mi urgencia, envuelta en estas ganas que me asaltan al abrir los ojos y me recorren a galope de un recuerdo.
Puedo ser tan celestial como me pidas o recorrer los vastos infiernos llenando de maldiciones el aire. Sólo tenés que mirarme a los ojos y saber que mi voluntad es tuya. Sólo te necesito en mí, consumiéndome, calmando esta sed que vos mismo creaste.

martes, 26 de agosto de 2014

Bumerang

Esa sensación de estar irremediablemente atada a vos. Esa corriente eléctrica que me trepa desde los talones y me recorre a galope de un recuerdo. Ese dulce dolor del alma, esa opresión del pecho. Ese temor de tocarte, ese je ne sais quo!. Este túnel del tiempo que es tu sonrisa, estas manos que tiemblan, estos ojos tan húmedos. Esta horrible sensación de que todo lo bueno en mí tiene tu nombre, que toda la luz es para tus amaneceres. Esta necesidad de darte las llaves de mi destino, todas esas palabras de amor que fermentaron en mi boca. Este impulso de darte cada sonrisa, de llenarte de alas, de parirte un poema cada día. Pero no.

Me miré en tus ojos y volví a sentir que el reloj se había detenido para siempre. Volví a ser una nena ahogada por un amor que le desborda la razón y la paraliza. Volví a sentir que lo correcto es lo mejor. Volví a enamorarme de tus alas, de tu manera de sonreír, de tu voz y tu manera de decir. Volví a sentir que contemplaba ese atardecer maravilloso, volví sentirte frágil, bello, etéreo. Otra vez esa descarga eléctrica al corazón, que duele que me llena de llantos, que me nubla los ojos y me deja con las manos vacías. Pero me recuerda que estoy viva. Ese dolor tan dulce de saberme intensa, de saber que lato, respiro y todavía puedo sentir con esta fuerza. Este golpe al alma que despierta ese huracán que no recordaba que tenía. Estas ganas de volver el tiempo. Pero no.

Ya no sé si se entiende, pero no hay crueldad mayor que mancillar aquello que nos enamora. No hay peor deshonra para un amante que violentar esa belleza que oprime el corazón. No quiero. No podría traicionarme así. No puedo imponer mi voluntad a la tuya, olvidar tu bienestar por el mío. No puedo pedirte nada, no quiero hacerlo. Me alcanza con contemplar tu vuelo, mirarme en tus ojos. Me alcanza con no volver a tocarte si puedo, a veces, sentirte cerca. 

Extraño destino este, es morir de sed en el mar...

sábado, 10 de octubre de 2009

GUIDO



Te fuiste. Te fuiste y el mundo sigue girando como si nada. Las flores tuvieron la soberbia de explotar en mil colores, el sol no dudó en salir. Pero ya nada es lo mismo.

Quiero gritar y que el mundo llore conmigo, quiero pintar tu nombre en cien paredes, quiero saber que en cinco, en diez, en quinientos años va a haber alguien que te recuerde. Sé que es idiota, que es algo infantil, para el mundo sos sólo uno más que está muerto y se acabó, pero no puedo evitar este dolor, este morderme las muelas pensando en por qué el mundo no te llora como debiera llorarte. Vos que fuiste un poeta, un alma noble que se escondía tras esa enorme sonrisa para no mostrar tu fragilidad. Vos que supiste dar esos abrazos mágicos en el momento indicado, vos que supiste ser un caballero...Vos que fuiste mi amigo, mi comandante. Hoy no hay poesía en mis palabras, sólo esta pena llena de nostalgia.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

BASTA

Algo sucedió. De repente alcé el rostro y la lluvia de la madrugada abrió mis ojos. Sentí el viento en la piel helada y recordé. Estoy viva!.
Aferrada a los restos del naufragio recordé que puedo nadar, que me parieron al mundo para que llore, para que ría, para que sufra y sea feliz.
Me va a doler cada paso cuando llegue el momento. Me va a doler dejar de sentir tu olor, de rozar tu piel en las mañanas, de compartir las horas. Me va a doler tu odio cuando me vaya. Me va a doler cada lágrima tuya y mía que se junte en la maleta. Me va a doler saber una vez más, que no nací con la estrella de las amas de casa de novela.
Algo sucedió. Despacito voy doblando mi nostalgia, la estiro, la plancho y la acomodo en un rincón. El miedo sigue ahí, creo que lo llevaré puesto como diadema, junto al cetro de insultos y el vestido de malos momentos. Nuestro hijo seguirá mis pasos, no lo dudes un instante, él tiene su propia maleta hecha de retazos de tu enfermedad y mi locura llena de amor y de espanto.
Prometo no escribir postales cuando esté lejos. Me voy a morder las muelas para no llamarte, para no saltar a tu cuello cada vez que el azar te ponga en mi camino.
Prometo llenar largas noches con mi insomnio y pintar paisajes de llanto por un tiempo.
Pero nunca nunca más vas a volver a olvidarte de que soy una MUJER.